martes, 9 de febrero de 2016

REFLEXIONES






Hola de nuevo a todos.

Sé que no tengo perdón de Dios. Sé que he estado mucho tiempo con la habitación cerrada, pero cuando pasas por malas rachas, de esas en las que no te apetece ni levantar las persianas y prefieres que todo siga oscuro no me veía con las fuerzas necesarias para haceros partícipes de lo que me pasaba.

No voy a hablar de las situaciones o hechos que me llevaron a cerrar durante una temporada la puerta. Creo que la mejor manera de continuar con todo es dejando el pasado donde tiene que estar... atrás. Los que por suerte o por desgracia (depende del momento en el que me pillaran) han estado a mi lado saben como me he sentido y con eso me vale.

Pero si que me gustaría agradecer a esas personas que si que estuvieron todo lo que hicieron por mi. Desde intentar levantarme una sonrisa, llevarme de compras, sacarme a cenar o simplemente dejar que me diera el aire. GRACIAS.

No voy a  negar que he echado de menos a personas con las que contaba, tal vez porque yo si que estuve en sus peores momentos, pero cada persona es un mundo. Y en cada conciencia queda lo que uno hace.
Es cierto al cien por cien que realmente ves a las personas cuando estas mal. Ya me lo decía mi madre "para las buenas todo el mundo corre en tu dirección, para las malas...muchos corren en dirección contraria". Y la soledad es buena cuando la decide uno mismo, pero es muy mala compañera de viaje cuando no la eliges tu sino que te la dan impuesta. Os lo aseguro he vivido las dos situaciones.

Por eso, y supongo que gracias a una conversación nocturna llegada en el momento adecuado, he abierto los ojos. Me considero una tia fuerte, una tia fuerte que ha pasado por un bache en su vida, pero como me dijo la otra persona en esa conversación el bache hay que superarlo, hay que mirar al frente al futuro. El futuro es donde está la vida que quiero tener y ahí es donde me dirijo sin mirar atrás.

Quiza todo lo malo con lo que me ha tocado convivir estos últimos dos meses lo que deja es espacio a todo lo bueno que viene. Ese trabajo soñado, ese paseo en coche conduciendo yo con las ventanillas bajadas y la música de Izal sonando a tope, ese beso en la comisura del labio... Todas esas cosas que me merezco vivir con una sonrisa en la cara y con la total satisfacción de que las he logrado por mi sola.

Desde ahora en adelante la habitación vuelve a estar abierta. He subido la persiana, corrido la cortina abierto la ventana y dejado que se ventile todo. Y sobre todo he dejado pasar la luz de nuevo. Basta ya de oscuridad.

Lo más bonito que tengo según los que me quieren son mis ojos, dejemos que la luz vuelva a hacerlos brillar.

Porque como dice Beyonce en su última canción Runnin ... "si me pierdo a mi misma, lo pierdo todo".

Y yo hoy puedo decir que, por fin, ... me he encontrado.